Causas:
Sobrecarga: Actividades deportivas que implican saltos y movimientos repetitivos.
Debilidad muscular: Desbalance entre los músculos del muslo.
Técnica deportiva inadecuada: Ejecución incorrecta de movimientos deportivos.
Síntomas:
Dolor en la parte frontal de la rodilla: Especialmente al saltar, correr o subir escaleras.
Hinchazón: Inflamación alrededor del tendón rotuliano.
Rigidez: Dificultad para mover la rodilla después de periodos de inactividad.
Diagnóstico
Historia clínica y examen físico: Evaluación del dolor y movilidad de la rodilla.
Ecografía: Para visualizar la inflamación y el daño en el tendón rotuliano.
Resonancia magnética (RM): Para una evaluación más detallada en casos severos.
Tratamiento:
Reposo y Hielo: Para reducir el dolor y la inflamación.
Fisioterapia: Ejercicios de estiramiento y fortalecimiento del cuadríceps.
Infiltraciones ecoguiadas: Inyecciones de corticosteroides o PRP para reducir la inflamación y promover la curación.
Cirugía: En casos graves, puede ser necesaria la reparación quirúrgica del tendón.
Conclusión:
La tendinitis rotuliana puede ser debilitante, pero con un tratamiento adecuado, los atletas pueden recuperarse completamente y volver a sus actividades. Si experimentas dolor persistente en la rodilla, consulta a un especialista para una evaluación y tratamiento específicos.